La reducción del espesor de ciertas áreas de la corteza cerebral es un indicador temprano del Alzheimer

Los pacientes con alto riesgo de padecer Alzheimer muestran una reducción del espesor de ciertas áreas de la corteza cerebral relacionadas con la memoria, en comparación con otras personas mayores sanas.
Los neurocientíficos tratan así de establecer la frontera entre el envejecimiento normal y los estadios que anteceden a la enfermedad de Alzheimer, como el deterioro cognitivo leve. Con este objetivo, sus investigaciones se centran en establecer un patrón de atrofias corticales, relativas a la corteza cerebral, y lesiones de la sustancia blanca cerebral -compuesta por fibras nerviosas, denominadas axones, que interfieren en la comunicación neuronal entre regiones cerebrales distantes- que facilite un diagnóstico cada vez más temprano de la enfermedad.
La muerte neuronal causada por procesos neurodegenerativos viene precedida por lesiones microscópicas que afectan a la integridad de la sustancia blanca cerebral e interfieren, por tanto, en el proceso de comunicación neuronal. Mediante técnicas de neuroimagen anatómica estos investigadores han observado lesiones de los tractos de fibras nerviosas que facilitan la liberación de acetilcolina en la corteza cerebral, un neurotransmisor implicado en diferentes funciones cognitivas como la consolidación de memoria, el lenguaje o la atención. «Hemos encontrado que los tractos de sustancia blanca encargados de conducir la acetilcolina a la corteza cerebral, se encuentran dañados en personas en riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, impidiendo de esta forma la liberación normal de este neurotransmisor en la neocorteza, parte de la corteza encargada de los procesos de raciocinio».
Asimismo, utilizan técnicas de resonancia magnética que les permiten determinar el grosor de la corteza cerebral, detectando un adelgazamiento de determinadas estructuras íntimamente relacionadas con la memoria (corteza entorrinal) en pacientes con deterioro cognitivo leve. Este hecho podría considerarse como un primer indicio de la enfermedad que «facilitaría el diagnóstico temprano del Alzheimer al combinarse con marcadores biológicos de neurodegeneración».
Existen una serie de cambios biológicos intrínsecos al proceso de envejecimiento que se entremezclan con las lesiones causadas por la enfermedad de Alzheimer.
Estudios previos han demostrado que entre el 30 y el 50% de las personas que presentan deterioro cognitivo leve desarrollan Alzheimer en los siguientes de 3 a 5 años. En el otro 50%, ese deterioro suele desembocar en otras patologías neurológicas o, en contadas ocasiones, se mantiene de forma estable durante el resto de la vida del paciente. «En función del tipo de deterioro cognitivo se desarrolla una patología u otra. Si es de tipo amnésico, casi con total seguridad derivará en Alzheimer».
Numerosos estudios multicéntricos realizados en diversos países, evidencian que tener hábitos sedentarios desde los 35 o 40 años, una escasa actividad mental, es decir, realizar trabajos monótonos que apenas requieren estrategias cognitivas, y llevar una dieta inadecuada, rica en grasas saturadas, multiplican los riesgos de padecer la enfermedad de Alzheimer.

  1. DR XERCAVINS - DR DIEGUEZ

    Comentario Dr Xercavins y Dr Diéguez

    También hay que tener muy en cuenta la genética de cada persona. Existen varios genes que predisponen al Alzheimer, como el APOE4, el MTHFR, el SOD…
    Nosotros con medicina natural podemos modularlos en su expresión , y evitar que se expresen. De esta forma tan sencilla ( una muestra de saliva para estudiar el ADN ) podemos iniciar de forma precoz la prevención de esta y otras enfermedades.