OBESIDAD Y ENVEJECIMIENTO: XIV CONGRESO ANTIENVEJECIMIENTO MADRID 2015

Si algo quedó claro en el XIV Congreso de Medicina Antienvejecimiento desarrollado en Madrid el pasado mes de octubre es que la obesidad es y será el peor enemigo para nuestra salud, y por tanto un factor clave en el envejecimiento precoz y en la aparición de numerosas enfermedades que afectarán a la duración y calidad de nuestras vidas.

Si bien aún nuestro país sigue liderando las listas de esperanza de vida mundial, en los últimos años se ha producido en descenso en la esperanza de vida sin enfermedad, es decir la que hace referencia a cuantos años vivimos de media sin padecer enfermedades que afecten a la calidad de vida. Seguimos viviendo más que en la mayoría de los países pero ahora vivimos con un poco peor calidad que hace unos años. Este preocupante dato tiene que ver con diversos factores, entre ellos la crisis económica que ha menguado el gasto sanitario público e incluso privado, pero también a otros factores entre los que destaca la prevalencia cada vez más alta de la obesidad.

En efecto, la obesidad es uno de los factores clave en el envejecimiento prematuro y en la génesis de las alteraciones metabólicas y funcionales comunes a las enfermedades que lo acompañan. Es el “asesino silencioso”, y la gran pandemia del siglo XXI en el mundo occidental, pasando por delante del tabaco, la hipertensión, el colesterol…La obesidad, mejor dicho aún, el acúmulo de grasa, está en estrecha relación con multitud de enfermedades cardiovasculares, metabólicas, inmunitarias, tumorales…

Ya se conocen muchos de los mecanismos por los que la obesidad, en forma de grasa acumulada, actúa generando enfermedades y envejecimiento. El principal efecto es una inflamación crónica silente que es capaz de provocar un elevado estrés oxidativo y un incremento de la metilación, generando un exceso de radicales libres, responsables en última instancia del envejecimiento prematuro. Es la llamada “oxiinflamación”. Y también es posible identificar mediante diversas pruebas las causas por las que algunas personas son más susceptibles de generar acúmulos de grasa y sobre todo de mantener esa grasa de foema permanente. Sólo el conocimiento y corrección de estos factores elevarán las probabilidades de solución del problema; de lo contrario el paciente entrará en una dinámica de montaña rusa con su peso nada beneficiosa para su salud. En cuanto a las consecuencias oxidativas y de metilación, es frecuente ver como se recomiendan de forma indiscriminada antioxidantes sin conocer el verdadero estado de estrés oxidativo del paciente. Esto puede ser altamente perjudicial, pues nuestro organismo precisa mantener unos niveles bastante estables, pero a la vez dinámicos de esta oxidoreducción para garantizar un correcto funcionamiento metabólico y funcional.

En nuestro CHEQUEO hace años que, además de realizar un concienzudo estudio de salud global y de riesgo cardiovascular, nos centramos en el análisis del acúmulo patológico de grasa (que afecta a cerca del 70% de la población) así como sus causas y también valoramos el balance oxidoreductor e inflamatorio consecuente. Sólo así seremos capaces de una detección precoz de estos graves desórdenes así como valorar sus causas y obtener las claves para su correcto manejo y solución, evitando en lo posible que lleguen a generar enfermedad y envejecimiento precoz.

Recuerde que su salud no tiene precio, y lo que es verdaderamente caro es tratar las enfermedades y sus graves consecuencias, y no prevenirlas. Está en sus manos la decisión.